domingo, 14 de octubre de 2012

Herejía Capítulo III. El ebionismo y la cristología ebionita.



Antes de la nada se hace preciso hablar del Ebionismo en general, el de los tres primeros siglos de cristianismo. Es difícil hablar de un grupo homogéneo denominado "ebionita", realmente lo que fueron es diversos grupos cristianos judaizantes o de judíos influidos en distinto grado por el cristianismo, a los cuales los padres de la Iglesia en el siglo II comenzaron a llamar en general "ebionitas". Así que la diversidad de creencias entre los judaizantes o ebionitas, nos exige para los fines de este pequeño artículo dar más bien una definición amplia de los puntos mínimos que sí compartían todos en doctrina y costumbres, así como los extremos entre ellos.

Podríamos decir en primer lugar que no eran judíos ortodoxos, y uso esta palabra no en el sentido actual sino en el sentido de que, pese a ser judíos de origen y seguir guardando gran parte de la ley; su creencia en Jesús (ya fuese en un Jesús de perfil bajo o alto) automáticamente los situaba fuera del judaísmo oficial.

¿Entonces son cristianos? En cierto modo desde un punto de vista estrictamente histórico, habría que decir que sí eran cristianos, herejes y cismáticos, pero cristianos. Se dan dos causas que motivan esta consideración y que no podemos pasar por alto: la primera es que aceptaban la figura de Jesús ya bien fuese como profeta o mesías (ambas con autoridad), la segunda es que rompían formalmente con el judaísmo por lo mismo que habían roto los cristianos: por su creencia en Cristo. Tema a parte es sí eran teológicamente cristianos, si sus creencias garantizaban ese mínimo (tan difícil de precisar) que los hacían ser auténticos cristianos. Desde luego los apóstoles en un primer lugar, y más tarde la Iglesia rechazaron su visión de la ley, su visión de cristo y de la Iglesia... pero ¿eran todos estos judaizantes dignos de estos anatemas? o ¿se podría descartar totalmente el cristianismo mesiánico de estos? Es muy posible que sí, pero sería imprescindible para ello haber conocido todas sus posturas, los grados de su herejía, etc...

¿En que creían éstos?

Un elemento común a todos solía ser su origen judío. Todos ellos eran comunidades judías que habían recibido parcialmente el Evangelio. Esta parcialidad se hacía muy evidente en que estas comunidades seguían guardando las fiestas judías, los rituales de pureza, las prohibiciones alimenticias, el sábado, etc... En cierta forma seguían los esquemas culturales y cultuales de los judíos de entonces; pese a que la Iglesia de su tiempo ya las había abandonado por razones muy conocidas y ampliamente reconocidas (tanto que se pueden encontrar en la misma Biblia)

Un segundo elemento importante era su rechazo del Nuevo Testamento. Reconocían un evangelio de Mateo en hebreo (con algunas diferencias con respecto al evangelio griego de nuestras biblias) y por regla general rechazaban a Pablo y su enseñanza.

Justino Mártir nos habla de ellos como seguidores de la ley de Moisés. Irineo de Lyon nos dice que eran una secta herética (lo cual los sitúa en el cristianismo, aunque obviamente fuera de la ortodoxia y de la Iglesia) tercamente apegados a la ley judía.

La cristología ebionita

Es común al ebionismo negar la divinidad de Cristo y por tanto su pre-existencia (toda la teología del logos, la encarnación y el nacimiento virginal). Del mismo modo no daban crédito a la muerte expiatoria de Cristo y a su resurrección física. (Aunque algunos si aceptaban estos dos últimos puntos).

Para la mayor parte de los ebionitas Jesús era el hijo biológico de José y María, y Dios (que es uno y sólo lo identifican con el Padre) eligió a Jesús como el Mesías y como Profeta a la misma altura de Moisés.

(Deuteronomio 18:18)  Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare.

Jesús por tanto se convierte en el Mesías y el Profeta de Dios cuando recibe el bautismo en el Jordán.

Crítica de la cristología ebionita.

La principal crítica la encontramos en las mismas Sagradas Escrituras. Juan mismo baste de ejemplo, nos habla de la pre-existencia del Verbo ecarnado y lo identifica con Dios (Juan 1). Los evangelios nos hablan del nacimiento viriginal y de la encarnación. Los apóstoles predican la muerte y resurrección de Cristo (no sólo Pablo) y todo el Nuevo Testamento nos presenta a Jesús como mayor que los profetas, en lo que hacía y decía.

El problema del Ebionismo estribaría por tanto principalmente no en que hayan hecho herejía del Evangelio de Cristo, sino que probablemente no lo han querido conocer entero y han negado gran parte del mismo (parte esencial). No manejaron por tanto las mismas fuentes ni la misma enseñanza apostólica. Dado este problema entonces resulta natural que sean un grupo herético, no por sus interpretaciones, sino por su posición ante el conjunto de la revelación (recordemos que tan sólo usaban y creían en un evangelio... y aún así no era exactamente el mismo que el de Mateo)

El ebionismo hoy en día

Hoy en día ya no quedan ebionitas tan radicales como los de esta época. Los que podrían haberse mantenido fueron absorbidos por el Islam sin problema alguno, de hecho, el Islam hace de Cristo una lectura muy parecida. Lo considera profeta, humano enteramente y sólo humano, un mesías para los judíos, un gran profeta, etc... pero no el Jesús de los cristianos.

No obstante, asombrosamente, el ebionismo sigue tomando formas hoy en día entre los cristianos, con diversos matices o sólo en algunas doctrinas, pero sigue vivo (aunque muy minoritario)

Se trata de un ebionismo desconectado de cualquier transmisión histórica con el antiguo ebionismo, así que el uso de este término está tan sólo justificado por analogía y por lo estrictos que seamos en lo que entendemos esencialmenye por ebionismo... pero con todo, resultaría pertinente, al menos bajo una nueva denominación que podríamos llamar ebionismo moderno o cristianismo judaizado. (Aunque el ebionismo del siglo I-III, era más bien un judaismo mal cristianizado)

Existen grupos cristianos, generalmente de origen evangélico o protestante, que si bien mantienen una cristología ortodoxa, han reestablecido en la práctica ciertas leyes del Antiguo Testamento bajo criterios particularmente difíciles de explicar (ya que son siempre restituciones parciales, sin un asiento teológico académico, basadas en prejuicios, en falta de entendimiento en la interpretación bíblica y la valoración del Antiguo Pacto o incluso en ciertos casos en criterios estéticos elevados a nuevas liturgias). Aquí tendríamos a los cristianos judaizantes o mesiánicos. Demos algunas carcterística (que son en todo caso generales y transdenominacionales):

- Restablecimiento del Sábado, pero no de Sabbat judío, sino de un culto cristiano judaizado del sábado.Esto suele ir acompañado de un rechazo tajante del Domingo (que se observa como una fiesta pagana que celebran los otros cristianos)
- No suelen considerarse judíos, pero de formas muy diversas y extrañas (para la historia y teología cristiana de siempre) se vinculan a este pueblo y se comportan como si fuesen judíos (esta es una crítica típica de los judíos actuales)
- Restitución de una estética judía y de hebraísmos para sustituír costumbres y palabras de origen latino o helénico
- Reformulación doctrinal de muchos dogmas. Normalmente, en muchos grupos, no se puede hablar de herejías formales, pero sí de múltiples verbales o incluso de nuevas doctrinas o dogmas.
- Se copian costumbres judías antiguas, pero sobretodo de forma inexplicable muchas de origen talmúdico o fariseo.
- Se editan Nuevos Testamentos donde palabras como Dios, son sustituídas por YHWH (en el mejor de los casos), Cristo por Mesías, etc...
- Celebración de fiestas del Antiguo Testamento y liturgias judías (talmúdicas)

Existen otros grupos que incluyendo todo lo anterior van más allá y sí rompen con los dogmas centrales de la teología cristiana. Se dan reformulaciones de la Trinidad abiertamente heréticas o bien se niega esta por modelos unitaristas. Se produce una fijación teológica en la humanidad de Cristo y su papel como Profeta o Mesías. Se desconocen los dogmas de los Concilios Ecuménicos que son tachados de helenismo o de paganismo encubierto, aunque no se rechacen por ello necesariamente todas sus doctrinas. Se hace una interpretación de la historia de la Iglesia y del papel de Israel en nuestros tiempos,la una negativa la otra fantasiosa.



sábado, 15 de octubre de 2011

Herejía. Capítulo II. El docetismo.

En este capítulo trataremos de la herejía gnóstica conocida como docetismo. El docetismo más que una corriente o un partido cristológico, fue más bien una doctrina común entre los gnósticos, que sí formaron una importante escisión en la Iglesia antigua entre los siglos I-III. Resulta difícil definir el docetismo con precisión pues, como en otras muchas herejías cristológicas de la antigüedad, existen distintos grados de radicalidad a la hora de defenderlo. Lo que sabemos de esta posición teológica lo recogemos de los apologetas ortodoxos y de algunos evangelios gnósticos.

Se podría definir al docetismo como la creencia en que la humanidad de Cristo fue tan sólo aparente, de ahí la palabra docetismo, que proviene del griego (δοκέω) que significa "aparentar" o "parecer". Para los gnósticos docetistas, la encarnación, crucifixión, resurrección... fueron eventos en los cuales Dios (una emanación de Dios, que es el Verbo) tomó aparentemente carne humana, murió aparentemente, y aparentemente resucitó de entre los muertos. Con esto, Dios, figurando ser humano enseñó a los hombres y se hizo visible, para que así nosotros pudiésemos verlo y comprender nuestra propia humanidad. Lo que ocurre, es que el docetismo niega que esa humanidad en Cristo fuese real, física, palpable...

Para los gnósticos, Dios no puede asociarse con lo material. Dios es espíritu de una forma pura, y no puede de ningún modo asumir o mezclarse con lo material, que es impuro y negativo. Por ello, niegan de forma rotunda que Cristo pudiese poseer una naturaleza humana real, sería como una afrenta a lo divino, un imposible metafísico.

Los errores e implicaciones del doctesimo.

Las implicaciones del docetismo son tremendas. En primer lugar niegan la encarnación como un hecho real, la crucifixión deja de tener un auténtico valor, la identificación de hombre con Cristo se hace más que cuestionable, la resurrección se convierte en una especie de enseñanza más que en algo real... ¿Y cómo resucitará entonces el hombre? Obviamente los gnósticos no tardaron en negar la resurrección real de nuestros cuerpos en los postreros días.

Podemos señalar los errores del doctesimo con la misma Palabra de Dios. Algunas enseñanzas que esta nos da, están en directa oposición:

En primer lugar tenemos el testimonio del apóstol Juan, que es muy duro con esta creencia. Seguramente él conoció ya a quienes pusieron en duda la verdadera humanidad de Cristo.

1. Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. (Juan 1:14)
2. Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida (1 Juan 1:1)
En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo. (1 Juan 4:2-3)
3. Porque muchos engañadores han salido por el mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Quien esto hace es el engañador y el anticristo. (2 Juan 1:7)

Tenemos además numerosísimas pruebas más, algunas de ellas son:

4. Y Cristo, en los días de su carne... (Heb 5:7a)
5. Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu. (1 Pedro 3:18)
6. Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir. (Mateo 25:13)


El problema de fondo en el docetismo.


En el docetismo hay dos grandes problemas que son los que les llevan a negar la realidad humana de Cristo.

a) El primero es una concepción errónea del cuerpo material del hombre.

La antropología cristiana defiende que el hombre es cuerpo y espíritu. Ambas realidades fueron creadas por Dios, como partes esenciales de una única naturaleza humana. La carne no es mala en sí misma, como tampoco lo es el espíritu humano, como tampoco lo es el hombre. Nada de lo creado es malo por sí mismo, como Dios no es malo, sino bueno.

Tampoco es valído creer que el hombre posee un cuerpo carnal como algo transitorio o superfluo, sino que debe entenderse como algo propio y necesario. El hecho de que muramos y carezcamos de cuerpo (hasta la resurrección de la carne) debe ser entendido como un estado excpecional y sobrenatural, que no durará perpetuamente. Negar lo carnal en el hombre es negar al hombre, negar lo carnal en Cristo, es negar su naturaleza humana.

El cuerpo y el espíritu humano, incluso toda la creación, están, por el pecado de nuestros primeros padres, en un estado de deterioro. Nuestra carne no responde de forma correcta a los deseos de Dios, incluso hallando el perdón de Dios, nuestra naturaleza sigue inclinada al mal (fomes peccati, o concupiscencia). Este estado es lo que probablemente llevó a los gnósticos a rechazar como esencialmente mala a la carne, pero es un gravísimo error. El ser humano es esencialmente bueno, toda la creación es esencialmente buena, y nada que sea pecado en el hombre tiene esencia propia, no es verdadera naturaleza creada. El mal no subsiste en sí mismo como esencia, ni puede cambiar la esencia humana conviertiéndola en algo distinto. Una analogía con la enfermedad puede ejemplarizar esta realidad. Una persona que sufriese un cáncer, no es un cáner, sino una persona enferma; el cáncer nunca será una parte esencial de esta persona sino un accidente en ella, aunque la enfermedad pueda llegar a matarla.

b) El segundo error de los gnósticos, es que no llegaron a comprender que la naturaleza divina de Cristo no se hallaba mezclada con la naturaleza humana. Nada del hombre Jesús, contamina al Dios que es. Ambas naturalezas están perfectamente reunidas en una sola persona, pero sin mezcla o confusión, así que en ningún modo Dios es limitado por el hombre, ni el hombre que es Cristo es cambiado por ser Dios. La humanidad de Cristo es perfecta, como lo es esencialmente la de cualquier hombre.

Además hay que decir que Cristo no nació con pecado, ni tampoco pecó jamás. Sufrió en este mundo las debilidades de la carne, pero resucitando está salvo incluso de esto, de modo que en Cristo tenemos un perfecto modelo de hombre (dese su encarnación), con el cual en todo podemos identificarnos, además de que en Cristo tenemos el hombre que seremos una vez resucitados.

Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. (Heb 4:15)
Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho. Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. (1Co 15:20-21)

jueves, 18 de agosto de 2011

Herejías. Capítulo I. El modalismo o sabelianismo.



Tradicionalmente se viene estableciendo una distinción entre las llamadas herejías trinitarias y las estrictamente cristológicas. Aún así, la frontera entre ambas es más bien de carácter histórico y de foco, que de carácter sistemático y doctrinal. Esto es así, por cuanto todo lo que afecta a la doctrina de la Trinidad, necesariamente acabará por afectar a la doctrina cristológica y viceversa.

Un caso especial, por su importancia y supervivencia, es el modalismo o sabelianismo. Esta herejía que nació en el siglo II y tuvo una amplia difusión, sostiene que sólo existe una persona divina, la cual identifica por igual con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Estos tres no serían más que modos en los cuales el único Dios actúa, meros nombres que representan la misma acción divina y la única persona de Dios. Los modalistas creen que sólo así se puede explicar a Dios salvaguardando su unidad.

Implicaciones y respuesta al modalismo:

1. Para el modalismo las "personas de la Trinidad" (término que obviamente no usan) son sólo manifestaciones o "papeles" que Dios ha realizado en la Historia. No tiene sentido, por tanto, una comunicación entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, como no tendría sentido que una persona hablase consigo misma actuando desde diversos papeles (al menos no sería una comunicación real sino fingida).

Para los modalistas entonces, mateo 3:16-17, fue un teatro; en el que Dios actúo al mismo tiempo en tres manifestaciones diversas.

Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.

2. Aunque los modalistas insisten en que fue Dios, actuando como el Hijo, el que se encarnó y acompaña a Cristo hombre siempre, no podemos menos que pensar que también creerán que el Padre y el Espíritu Santo han hecho exactamente lo mismo.

Pongo un ejemplo, para que se vea claro. Imaginemos que "Jaime" que es una persona, es además médico, padre de familia y jugador de tenis; estas tres actividades son como "actuaciones". Cuando Jaime juega al tenis, es correcto decir que un médico y padre de familia está jugando al tenis, cuando Jaime cuida de sus hijos es correcto decir que un médico y un tenista está cuidando de los niños, etc... Del mismo modo, en el modalismo al decir que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son modos de ser de Dios o actividades de éste, es entonces correcto decir que el Padre y el Hijo fueron quienes descendieron en Pentecostés, que el Padre murió en la Cruz, que el Espíritu Santo fue quien se encarnó y que ésto fue por obra y gracia del Hijo.

Por tanto el modalismo implica una negación de que existan realmente acciones particulares y propias de cada una de las personas de la Trinidad.

3. Pero la mejor respuesta nos la da el evangelio de Juan en diversas ocasiones. Vamos allá.

3.1 También el Padre que me envió ha dado testimonio de mí. Nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su aspecto. (Jua 5:37) La pregunta es: ¿Cómo pudo el Padre enviar al Hijo si ambos no son más que la misma persona? ¿Se quedó el cielo vacío? El Verbo, que es Dios, se encarnó, así que preexistía antes de la humanidad de Cristo. No vale la respuesta de que sólo envió al "hombre Jesús".

3.2 "Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió." (Juan 5:22-23) En este texto está muy claro que el Hijo se refiere a Cristo, hombre y Dios, pues dice: "Para que todos honren al Hijo como honrar al Padre". La pregunta es: ¿Por qué iba dar el Padre "todo juicio" al Hijo si en realidad son la misma persona? ¿Se da Dios autoridad a si mismo, o Dios dependiendo del modo en que actúa... varía en la autoridad que tiene?

4. Por último una cita bíblica imposible de entender en el modalismo:

Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos. (Romanos 8:26-27)

Si el Espíritu Santo es la misma persona que el Padre y el Hijo. ¿Qué clase de locura es esta en la que una persona intercede ante sí misma? ¿Es otro teatro fingido? ¿Con qué fin exclama el Espíritu Santo con gemidos indecibles, si no los oímos? ¿Ante que público representa Dios esta función? Realmente el modalismo se derrumba o no tiene más salida que creer que tal Espíritu no es el Espíritu Santo (algo imposible)


LA DOCTRINA QUE RESPONDE AL MODALISMO O SABELIANISMO:

Pese a que aún hoy en día quedan modalistas (Iglesias pentecostales del nombre de Dios), éstos son muy minoritarios. Católicos, ortodoxos y protestantes mantienen una misma fe trinitaria y de condena, que no se ha modificado en absoluto y que procede "desarrollada" de los concilios de Nicea y Constantinopla (aunque realmente de la enseñanza apostólica, como toda doctrina que deba ser creída)

La Fe trinitaria sostiene que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son tres personas diferentes y no una. También sostiene que el hecho de que sean tres personas diferentes no implica en absoluto que sean tres dioses, ni tres partes de un Dios, sino que cada una de ellas es plenamente Dios y al mismo tiempo las tres son un único Dios. Estas tres son consubstanciales, es decir, comparten una misma naturaleza divina. Dios no es distinto en cada una de ellas, sino que es el mismo Dios; pero siendo distintas personas, el Padre no es el Hijo, el Hijo no es el Padre, y el Espíritu Santo no es ni el Padre ni el Hijo. El Hijo y el Espíritu Santo proceden del Padre, pero no son creados, puesto que coexisten desde siempre. Los tres reciben una misma adoración, que es la única adoración a Dios.

Dios es así. Y aunque no podamos entenderlo ¿Por qué tendríamos que entenderlo? A Dios nunca lo entenderemos por la luz de nuestra razón, sólo podemos saber de Él (conocerle), en este tiempo por su Creación y Revelación sobrenatural, y en cielo por el conocimiento inmediato e intuitivo que nos permitirá tener de Él. Pero la esencia de Dios es y será siempre un misterio para el hombre.

Los sabelianos creían que sólo mediante su explicación se podía mantener la unidad de Dios, es decir, el monoteísmo; pero erraron, las implicaciones de su enseñanza convertían la Palabra de Dios en un galimatías incomprensible y hacían extraña la enseñanza de los apóstoles. En cambio, la doctrina de la Trinidad se explica y se bebe de la Palabra de Dios, manteniendo el estricto monoteísmo y explicando la realidad de tres personas diferentes en Dios. Y aún así, no desvela al entendimiento la verdadera esencia de Dios.